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Colorea

Colores en el cielo…como no mirar. Colores en la ropa, como no lucir. Colores en el arte, como no apreciar. De colores tu corazón, como no amarlo. ¿Cómo no amarte? Si eres arcoíris. Eres reflejo, eres parte del espectro. Porque puedes creer y puedes elegir. Sí ¡tú eliges, siempre! 

Elige colorear con el rojo. Rojo de lucha y vida. ¡LUCHA! 

Colorea con el naranja. Naranja de vitalidad, de diversión. ¡Diviértete! 

Colorea con el amarillo. Amarillo de sol, de calidez. ¡ILUMINA! 

Colorea con el verde. Verde de tu naturaleza, de la que te rodea. A tu paso, en tu son, pero ¡CRECE! 

Colorea con el azul. Azul de armonía, de calma, de honestidad. 

Colorea con el violeta. Violeta de dignidad, misterio y sabiduría.

Colorea, coloréate, combinemos nuestros colores. No solo los de nuestro primer símbolo. Ese que ondeamos orgullosos. Ese que nos hace sentir uno. Valoremos los ocho colores iniciales, a los siete que se redujo, a esos seis que finalmente se quedaron. Cómo no amarla. ¡Sí, la bandera del arcoíris! 

Uno de los símbolos más representativos para la comunidad LGBTQ+

La colorida y divertida bandera la creó el activista y diseñador Gilbert Baker y se usó por primera vez en el 1978 en el Festival del orgullo gay de San Francisco. Fue un encargo del primer político abiertamente homosexual de los Estados Unidos, Harvey Milk. Desde ahí la bandera se convirtió en una insignia de reconocimiento global.

Te vemos. De colores vivos. 

No lo dejemos ahí. Veamos más allá, coloreemos más. No debería dar miedo mostrar tus colores reales, así como no sentíamos miedo de colorear por primera vez y salirnos de las líneas, pero da; da miedo ser insultados, da miedo ser golpeados, da miedo ser discriminados, da miedo no ser aceptados por nuestra familia; las personas que más queremos. ¡Tú lo sabes, yo también! Da miedo. Aterra. Un solo paso es necesario para alcanzar lo que sea tu definición de libertad. Para mí ese primer pasó hace muchos años y con una familia conservadora fue sumamente difícil. Me paralicé ante el miedo por muchos años hasta que leí esto en el blog @MiAlmaDesnuda “Ya no le temo al amor, no le temo a besar a alguien de mi mismo sexo, agarrar su mano y cuidarla en algún lugar público repleto de personas heterosexuales. Personas que quizás me juzgan o personas que quizás se alegran por mí. Ya no me importa la opinión de nadie. Dejé de luchar en contra de lo que deseo. Hoy abrazo mi bisexualidad.” Y fue luego de esas palabras que se derrumbó el miedo y atesoré quién verdaderamente soy.

Así que léeme bien, ¡podemos entenderte! 

Cada uno es dueño de su vida, y sólo tenemos una. No ignoremos el cliché. ¡Vive! De colores. No hay que temer a amar a quién nos dicte el corazón. Todos tenemos el derecho de  amar libremente, como sintamos. Y cuando hablamos de amar libremente, no estamos ordenando salir a gritarlo a los cuatro vientos para sentirte parte. Aún eligiendo amar libremente pero dentro de un “clóset” eres parte. Aún sentado, sentada, sentade en una esquina oscura de ese lugar. Eres color. Eres comunidad. Cada ser humano tiene libre elección y el resumen debería ser el respeto. Pintemos de respeto una franja imaginaria que cruce los mares, los cielos y nos una. A TODOS. A los que viven en libertad o aun en temor.  Te respetamos. Nos valoramos. 

“Este es el mes de la defensa de la igualdad y la dignidad. Es el mes de la confirmación de las libertades y los derechos fundamentales, es el mes en el que las personas se sientan orgullosas de quiénes son, sin importar su orientación sexual o identidad de género”

-John Kerry.

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Last modified: June 14, 2021

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