Luego de un añito que es mejor ni mencionarlo, a lo Voldemort, andamos buscando como despojarnos de todo lo malo y que la buena suerte nos encuentre y haga de las suyas con uno. Por eso, todos esperamos con ansias la Noche de San Juan, una excusa para gritarle a los santos, astros y al universo que estamos listos para quitarnos la salaera que llevamos encima.
Se puede considerar la Noche de San Juan, como el despojo de mitad de año, que le brinda apoyo a los rituales que realizamos en despedida de año. Porque el año es fuerte y siempre andamos buscando la suerte. Lo celebramos en la playa rodeados de amigos y buena música, esperando que el 23 de junio, el reloj marque las 12 de la medianoche para lanzarnos de espalda al agua. Si preguntamos los números de veces que hay que lanzarnos, varía por personas. En mi caso siempre me han dicho que deben ser 7 veces, otros los hacen 9 veces, pero lo importante es que sea un número impar, ya que son los asociados con la buena suerte.

Sin darle mucha cabeza celebramos al Santo que le da el nombre a nuestra capital, una tradición que se basa en las raíces religiosas y paganas, que probablemente venimos arrastrando desde los tiempos de la colonización española. La Iglesia celebra en misa el natalicio de Juan Bautista, mientras que el pueblo celebra con la alegría y party que tanto caracteriza a los puertorriqueños. Esa costumbre de ir a la playa ha sido un resultado del acto del bautismo y nosotros lo sentimos como un despojo, donde nos limpiamos de todas las malas vibras.
Como buenos isleños el rodearnos de agua nos purifica y nos brinda paz, así que razones no faltan para lanzarnos al agua. Lo importante para la celebración es llegar con buena vibra, dejar atrás la salaera que llevas y llevarte tu basura.
Hoy ponte tu traje de baño y vamos pa’ la playa de espalda 3, 7 ó 9 veces, que la suerte nos espera.
Last modified: June 23, 2021